Un injusto dios reclama un milagro del que no es dueño. Ahoga su alma en recuerdos vagos un ángel, que experimento vagamente su único cielo. A palabra injusta que recita su alma recuerda su verdadera vida, recuerda su verdadera razón, su verdadero y único amor injustamente reclamado.A su lado un árbol derrama sus lagrimas; miles de pétalos a perfumados confundiéndose con un a lluvia rosa tenue, lo adentran a una cruel ilusión. Visible es su nombre en el viento como miles de estrellas son visibles a la noche. Aterciopelados como sus labios recorren su cuerpo y mente, llevándolo a la confusión.
El retoño dentro de su pecho, niega su florecimiento sin su suspiro, al que la adicción lo hiso intolerable. El mundo privado en su cabeza aclama su regreso y su razón acepta tu partida, tristemente oculta.
Miles de años transcurren en segundos. Un basto universo tan pequeño, reúne cruelmente almas perfectas, para una amarga despedida tan dulce.
La verdadera lluvia surge de un alma en pena.
Una por una caen, creando un mar infinito sobre la orilla de un pétalo.
-¡Por que!...Te amo.
-¡Por que no lo dijiste!
-Yo te amaba… y te amare.
-Deseo estar contigo… por siempre.
Ella… no contesta.
Las lágrimas cierran sus ojos marchitos, abriendo una puerta de oscuridad. Sin saberlo cientos de pétalos caen sobre el; cientos de caricias caen es sus sentidos; cientos de recuerdos caen en su corazón.
Ella… no contesta.
Ella…no contestara.
Visible sigue su nombre en el viento.
D…
Autor: Juan Manuel R.M
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